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El simbolismo de la Navidad (2).


La estrella de Belén

Es tradición en todos los pesebres que haya una estrella y en los árboles de Navidad no puede faltar. Como observará la estrella que aparece tiene cinco puntas, mientras que la estrella judía, la estrella de David del pueblo en donde nace Jesús, tiene seis.

La estrella de cinco puntas, en toda enseñanza esotérica, es señal de iniciación, de que algo nuevo empieza.

El mensaje es que con Jesucristo se inicia un nuevo periodo y ello es tan evidente que hasta el tiempo se empieza a contar desde su nacimiento. De manera que no podía haber otra estrella que esa.

La estrella de Belén dice Mateo que fue lo que guió a los Reyes Magos a encontrar al niño pero ¿existió realmente?

El papa Benedicto XVI dijo que se trató de una supernova, pero por aquellos tiempos hubo otro fenómeno curioso detectado debido a la posibilidad de los ordenadores modernos de retroceder en el tiempo.

Se trata de una conjunción de Júpiter y Saturno en la constelación de Piscis. Ello tenía que producir un brillo en cielo como no se había visto antes y es eso lo que llamaría la atención a los “reyes magos” de los que se hablará posteriormente.

Aquí el simbolismo es evidente y breve. Siempre hay señales que nos guían, solo hemos de saberlas ver e interpretar. Los chinos dicen que el Cielo manda sus mensajes constantemente.

Reflexión. ¿me estoy fijando en las señales que rodean mi vida? ¿Soy consciente de lo que pasa a mi alrededor?.

Los pastores

De todos es sabido que en las representaciones navideñas siempre aparecen los pastores.

Existían en aquellos tiempos en Israel muchas facciones de creyentes que nos cita la Biblia y se puede investigar históricamente: fariseos, saduceos, esenios, zelotes, nazareos, samaritanos, etc todos ellos mas importantes en poder político y económico que los simples pastores.

Los pastores reflejan los “am-ha-árets”, la gente de la tierra, que eran considerados demasiado brutos para ser encuadrados en una de esas facciones, sin embargo es a ellos a quienes se presenta el nacimiento de lo Nuevo que viene al mundo, Jesucristo.

Esos pastores representan las tendencias humildes del alma humana, las que están creciendo y aún no han alcanzado los niveles del poder anímico.

Es decir, dentro de nosotros hay un rey coronado que es el que mueve los resortes de nuestra voluntad.

Este rey, que representa la tendencia dominante en un momento dado, pierde a lo largo de nuestra vida el poder en provecho de otras tendencias más pequeñas y se ciñen la corona.

Estas pequeñas tendencias serían esos actos cotidianos que deben empezar a seguir a esa nueva tendencia que está naciendo en nosotros y que un día debe reinar.

Significa que para que la parte crística nazca y reine en nuestra vida, es preciso ir realizando diminutos actos, que, sin ser demasiado visibles, influirán en un cambio de nuestra personalidad. Por ejemplo, meditar diez minutos al día a la salida del sol o poner un poco de música que nos eleve…

Esto es una señal clarísima de humildad. El cambio empieza por reducir el ego.

Reflexión personal: ¿es grande mi ego?

El buey y la mula

En los pesebres, al menos en España, ponemos siempre el nacimiento y al lado un buey y una mula. Esto no viene de ningún Evangelio ni texto sagrado, de hecho sería imposible que lo pusiera, porque la mula, al ser un cruce entre caballo y burra o viceversa, era considerado un animal impuro y no se permitía su cría en Israel.

¿Por qué lo ponemos? Por dos razones. La primera es por un escrito de Isaias que dice que Jesús se manifestará primero a animales, y en segundo lugar, o quizá mejor dicho cómo consecuencia de esas palabras del profeta, por representar esos animales la idea de servicio.

Jesucristo dijo

„… el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos“ (San Mateo 20, 28-29)

y ¿qué animales representan mejor la idea de servicio y sacrificio que el buey y la mula, que trabajan a palos para recibir como toda recompensa la muerte? Siempre he pensado que en el fondo es cómo un homenaje a los animales el que Jesucristo se mostrase a ellos, y es que después de lo dicho … ¡Jesucristo fue el primer ecologista!

A menudo consideramos que lo bueno es aquello que recibimos, pero no es así. Lo que vale la pena, lo que llena nuestras vidas, es lo que damos.

Cualquier persona trabaja duro para mantener una familia, se sacrifica por ellos y no hay mayor recompensa que ver a sus seres queridos felices.

Otra cosa es que a veces nos indigne el trato que nos dan, pero ello no quita que la mayor satisfacción está en dar, en hacer el mundo mejor y mejorar a los otros, o por lo menos debería ser así.

Si no se hace, si se decide no ser buey o mula, pues el egoísmo, vanidad y orgullo lo impiden, no quepa duda que se pagará viviendo una vida sin sentido.

O dicho en palabras más simples: “quien no vive para servir, no sirve para vivir” Que el proyecto que tenga que nacer ahora en nosotros sea de esta naturaleza

Los reyes magos

En los paises latinos la llegada de los Reyes Magos son muy populares por los regalos que se dan. En el evangelio de San Mateo, el único que los menciona, no dice nada que fueran “reyes” solo habla de unos “magos de oriente”.

Ello es debido a que como citar a la magia no estaba bien visto, la iglesia oficial les da el rango de reyes para que no se confundieran con los magos a los que perseguían. Tampoco se dice nada del número ni de sus nombres.

Hay catacumbas en las que se representan dos, cuatro magos y hasta media docena. No fue hasta el siglo III cuando Orígenes establece que el número de magos debió de ser tres. Seguramente se asoció el número de regalos, oro incienso y mirra, con su número.

Sobre sus nombres, Melchor, Gaspar y Baltasar tampoco se citan en ningún texto religioso y hasta el siglo VI no aparecen. Los nombres son un asunto de Beda el Venerable (675-735) que llega incluso a dar una descripción física de cada rey mago y a asociar cada rey con un regalo.

En cuanto a los presentes, de eso si que se habla en el Evangelio. Representan las tres condiciones de Jesucristo: oro, incienso y mirra. Y hablar de lo que suponen es entrar dentro del tema de nivel simbólico.

La tradición occidental los interpreta como oro para un rey, incienso para un Dios y mirra para un ser inmortal, pues la mirra era usada por los egipcios en la momificación.

Pero ahora estamos intentando ver qué significan para aquello que queremos nazca en nosotros y entonces resulta más práctico tomar la interpretación kabalistica que entiende esos regalos como Voluntad – Amor – Sabiduría. Esos son los tres ingredientes que deben ofrecerse a aquello que queremos nazca en nosotros.

Reflexión a nivel personal.

Cualquiera que sea lo que quiera que nazca en nosotros debe hacerlo basado en esos tres pilares de voluntad – amor – sabiduría, sin ellos los “Reyes Magos” no le ayudarán.

Herodes ¿somos libres?

Jesús permaneció en Egipto hasta la muerte de Herodes (Mateo II-15) y ello significa que el tirano, el regente de nuestra vida profana, un día u otro acaba por morir.

Es decir, un día llegará en el que nos veremos desligados de nuestros compromisos con la sociedad y la familia.

Ya nadie nos pedirá nada y, por consiguiente, ya no perjudicaremos a nadie si nos retiramos de la vida profana para vivir a tiempo completo en el mundo sagrado.

No significa esto que debamos encerrarnos en un convento y vivir la espiritualidad de puertas para adentro.

Esto no es lo que más tarde hizo Cristo, sino al contrario, estuvo con el pueblo para instruirlo, para alimentarlo en los nuevos valores de su doctrina.

La muerte de Herodes significa el fin de nuestros compromisos mundanos, el final de nuestra apetencia de bienes del mundo material y el comienzo de una vida entregada a la proclamación de los valores eternos, de las leyes cósmicas y de la superación de esas leyes mediante la Sabiduría-Amor.

El puesto de Herodes no puede quedar vacante y debe ser cubierto por ese niño que se ha fortalecido en Egipto y que se encuentra en condiciones de reinar.

Aprovecho para recalcar, que no se trata de volverse Francisco de Asís y lanzar las posesiones por la ventana, sino de aprender a desapegarnos y a que no sean las ansias de posesiones las que guíen nuestra vida.

Reflexión: ¿Eres realmente libre o la búsqueda de seguridad material te tiene esclavizado?

Podríamos alargarnos más, hablando de la matanza de los inocentes por Herodes, la huida a Egipto etc. pero eso sería demasiado largo y como el lector puede estar cansado solo resaltar el último punto, que resulta fundamental para que nazca en nosotros lo que queremos que nazca.

La característica de la navidad es la alegría. Y es que no podemos crear nada nuevo en nosotros si no tenemos alegría. Ese es el gran problema de nuestro tiempo, hemos perdido la alegría (se recomienda leer el cuento regalo de Navidad”) y sin alegría nada se logra.

En los tiempos actuales es frecuente tener pensamientos del tipo “tendré alegría cuando consiga X “ pero en realidad debería hacerse el planteamiento inverso, es decir : “cuando tenga alegría conseguiré X”. Por eso la Navidad hay que celebrarla y sentirla dentro de nosotros.

Cada 25 de diciembre podemos recordar la misión amorosa de este profeta, recordando también la nuestra, la de poner luz a las tinieblas de la incomprensión y amor en toda circunstancia. Pero no sólo se trata de hacerlo este día, sino recrear este nacimiento cada día de nuestra existencia.

Que la Fuerza de la Navidad este siempre contigo.



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