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La forma de ver la vida

Cada individuo tiene una forma diferente de ver la vida. La misma situación en diferentes ojos es completamente distinta.

Segun cuenta un antiguo cuento hindú, un anciano maestro estaba ya cansado de escuchar las constantes quejas de su discípulo, así que pensó que debía enseñarle algo que le hiciera recapacitar.


Una mañana le pidió que le trajera sal y cuando regresó, el maestro le dijo que echara un puñado en un vaso de agua y que, a continuación se la bebiera.


—¿Cómo sabe ahora el agua? —preguntó el sabio anciano.
—Muy salada, —respondió el discípulo poniendo cara de asco.


Aguantándose la risa el maestro le indicó que repitiera la acción, pero en lugar de tirar la sal en un vaso lo hiciera en un lago.

Caminaron sin prisas hacia un gran lago situado en medio de un vergel a las afueras de su aldea y cuando el discípulo cumplió la orden el venerable maestro le pidió que bebiese.


—¿A qué te sabe ahora? —le preguntó.
A lo que el aprendiz le respondió:
—Esta agua está fresquísima. No sabe nada a sal, es una delicia para el paladar.


Entonces el maestro cogiéndole las manos a su discípulo, le dijo:
—El dolor de la vida es pura sal. Siempre hay la misma cantidad, sin embargo su sabor depende del recipiente que contiene la pena. Por eso, cuando te aflijan las adversidades de la vida, agranda el sentido de las cosas. Deja de ser un vaso y conviértete en un lago.

REFLEXIÓN :

Cada cuál vemos la vida de una forma diferente. Cada individuo afronta los problemas de acuerdo a su estado emocional. Mientras más abierto estés a la vida, mejor podrás afrontar lo que te depara. Hay problemas duros, muy duros, pero no todos los afrontamos de la misma manera.

El refrán “ahogarse en un vaso de agua”, es muy significativo en este aspecto.

Recuerda que siempre es tu decisión qué hacer con tu dolor emocional: verter el dolor en un vaso o en un lago.

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