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Astrología: El Sol y tu verdadera esencia

El Sol siempre fue considerado como el medio de expresión de la personalidad más importante. Simboliza la autoconciencia y es la instancia del yo más eficaz de la personalidad.

Es capaz de construir una autoconciencia sólida sin necesidad de recibir ningún tipo de confirmación por parte del entorno. Es el poderoso principio creador y simboliza la fuente de toda vida, la voluntad de vivir, la vitalidad y la energía mental del ser humano.

En el horóscopo representa la individualidad, la autoconciencia y el yo mental dotado de la capacidad de valorar por sí mismo cualquier circunstancia. Nuestra autoconciencia depende de la posición del Sol por signo y casa, y de los aspectos que éste recibe en el horóscopo.

Conócete a ti mismo

Con el yo solar podemos reflexionar sobre nosotros mismos, conocernos y, si lo creemos conveniente, cambiar. Nuestro yo pensante está en el nivel mental: un punto de observación que nos permite tener una visión general de nuestra vida. Reconocemos nuestros puntos fuertes y débiles, y decidimos libremente qué queremos hacer con ellos. Si estamos familiarizados con el pensamiento evolucionista esotérico, trabajamos en nosotros mismos para evitar errores antiguos y cambiar formas de comportamiento no deseadas.

Con el yo solar podemos desarrollar nuestra voluntad y su fuerza mental creativa nos permite construir y perfeccionar nuestra personalidad de manera que la sintonía entre ésta y nuestro ser interior sea cada vez mayor. Mentalidad La posición del Sol indica cómo es nuestra mentalidad.

Si tenemos el Sol en un signo cardinal pensamos en conceptos de poder, damos mucha importancia a nuestra carrera en la vida, nos ponemos metas y valoramos a los demás en función del grado de poder de su posición.

Si esta en un signo fijo, nuestros procesos mentales transcurren de manera económica, somos ahorrativos con nuestro pensamiento y sólo hablamos cuando realmente tenemos algo que decir.
Cuando está en un signo mutable nos adaptamos a las circunstancias, cambiamos de opinión a menudo y nuestra valoración de los demás obedece a criterios humanitarios.

En el nivel mental, el Sol es creativo y funciona según el lema: «Como el ser humano piensa,así es”. Si tenemos un mal concepto de nosotros mismos, si creemos que no valemos nada y nos vemos incapaces de alcanzar nuestros objetivos, sin duda será así.

En cambio, si somos optimistas y confiamos en el potencial creativo de nuestra energía solar, nuestra vida será mucho más rica.
Con nuestro yo mental solar podemos reconocer nuestros pensamientos negativos, clarificarlos y, mediante nuestra voluntad, rechazarlos cuando emerjan del inconsciente.

Pero también podemos transformarlos con nuestra fuerza mental creativa, sustituyéndolos por pensamientos positivos. Así experimentamos nuestro poder mental, profundizamos en nuestro autoconocimiento, reforzamos nuestros valores interiores e irradiamos cada vez más confianza.

Pienso, luego existo Recordemos la famosa expresión de Descartes: «Pienso, luego existo”. Aunque también podríamos decir: “Actúo, luego existo».

Cuando hacemos algo y obtenemos un resultado, es evidente que hemos hecho algo de valor. Esto nos da alegría y suele, también, contentar a los demás. Nos autoafirmamos y sentimos valiosos a través de lo que somos y hacemos. No necesitamos que nadie nos dé muestras de aceptación.

En la medida en que nuestra autoconciencia crece y creemos en nosotros mismos, nos sentimos más realizados. Con la conciencia solar defendemos nuestros pensamientos, opiniones y convicciones del modo indicado por el signo zodiacal.

Sin miedo a la crítica, decimos: «Ésta es mi opinión, mi experiencia, nadie me la puede quitar». El yo pensante tiene la función de conciencia más directa y evidente, por eso el «pienso, luego existo» es el indicio más inequívoco de una persona inteligente que vive de manera consciente.

Hasta cierto punto, la autoconciencia solar está diferenciada desde el principio. Nos confrontamos conscientemente con otras personas (otros yo) y, en el curso de la vida, objetivizamos nuestro pensamiento y desarrollamos nuestra capacidad de diferenciación y valoración.

Esto nos lleva a ver el mundo desde nuestro punto de vista y reaccionar de una manera cada vez más consciente, como instancia del yo completamente responsable de sus actos. Tenemos el derecho de ser como somos. Así fuimos creados y podemos y debemos decirnos «sí» a nosotros mismos.

Éste es un punto muy importante para la integración de la personalidad.
¡Cuántas personas vieron menoscabada su autoconciencia durante su juventud! Nadie confió en ellas y no tuvieron la oportunidad de aprender. Se les transmitió la sensación de que no podían responder a las exigencias que se les planteaban, nadie acudía a ellas ni necesitaba sus capacidades especiales.

Un entorno que no ofrece ningún tipo de apoyo para el desarrollo reduce la autoconciencia y crea problemas de autoestima. Problemas de autoestima Éstos y otros problemas parecidos están reflejados en el horóscopo.

Con su ayuda podemos constatar el nivel de fuerza y autonomía de la autoconciencia de una persona y ver de qué modo puede hacerse efectiva en la vida como polo de una relación.

Pero también podemos comprobar si las condiciones del entorno fueron favorables o no para el fortalecimiento de su autoconciencia.

Esto depende considerablemente de la posición del Sol por signo y casa, y de los aspectos que recibe. Si el Sol no tiene una posición prominente, no brilla en la vida y la persona no tiene experiencias de éxito.


Al ser el Sol la principal instancia del yo, la ausencia de buenos resultados puede, a medio o largo plazo, mermar su vitalidad. Las personas con problemas de autoconciencia no consiguen imponerse en la vida. No alcanzan las metas que se establecen y son infelices cuando, en realidad, deberían estar contentas con un balance de éxitos reducido.


Esto hace que puedan caer fácilmente en la resignación. Si tenemos una posición de Sol débil, debemos aprender a vivir con ella. Pero éste es un arte cuyo aprendizaje requiere bastante tiempo.

Sin duda, lo aprenderemos a lo largo de la vida pero, con la ayuda del horóscopo, podemos reconocer fácilmente con cuál de los tres polos de la personalidad somos capaces de realizarnos mejor.

Posición por signo y casa.

Para la interpretación del Sol (y también de los demás planetas), lo primero que hacemos es diferenciar su posición por signo (disposición hereditaria) y casa (condicionamiento) y comprobar los aspectos que recibe (motivación). Para comprender bien la cualidad global de la posición del planeta debemos combinar estos tres niveles.

En las casas, el principio vital solar indica las áreas de interés que marcan el carácter de la persona, el sector vital donde muestra sus motivaciones conscientes.

En los signos quiere realizar sus metas interiores. Si el signo es cardinal dirige el impulso de su voluntad hacia la consecución de metas personales, si es fijo busca seguridad en todas las cosas y si es mutable hace todo lo posible por mejorar las relaciones humanas.

El Sol como imagen del padre

La posición del Sol también indica cómo experimentamos el principio masculino-paterno y podemos hacerlo realidad en nosotros.

El Sol corresponde a los sistemas patriarcales que dominaron la sociedad humana en el pasado.

La función arquetípica del padre era ejercer de modelo para que la persona se convirtiera en una personalidad independiente, con una voluntad fuerte, capaz de enfrentarse al mundo sola y lo suficientemente fuerte como para superar las resistencias y alcanzar un grado de autorrealización alto.

La posición del Sol en el horóscopo nos indica cómo hemos experimentado a nuestro padre real. Nos muestra si fue una personalidad fuerte, esto es, un buen modelo que pudimos usar como referencia para desarrollar nuestra autoconciencia.

Si fue una figura débil, nuestra autoconciencia es también débil, nos cuesta mucho imponernos y, con frecuencia, abrigamos sentimientos de inferioridad.

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