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Tú puedes conseguir lo que te propongas

¿Qué es lo que tu corazón realmente desea? ¿No tener deudas? ¿Encontrar una nueva casa? ¿Hacer una acción noble para el bien de los que te rodean?

¿Y si profundizaras un poco más? ¿Qué obtendrías? ¿Comenzar un pequeño negocio? ¿Regresar a la universidad? o ¿Encontrar a tu alma gemela?.

Ahora pregúntate: ¿qué evita que vayas tras las cosas que quieres? Si te detienes a pensar en ello, seguramente podrías escribir una larga lista de cosas que evitan que alcances lo que deseas.

A pesar de lo larga que sea tu lista o cuán sinceramente la justifiques, los kabbalistas sugerirían que lo único que realmente evita que obtengas aquellas cosas que deseas eres tú.

Tan pronto como ponemos nuestra vista en algo, el universo toma nota. La Luz comienza a abrir las puertas para ayudar a que te acerques a las cosas que desees. Los kabbalistas enseñan que nosotros mismos cerramos esas mismas puertas con dudas y nuestros propios pensamientos negativos. Es difícil creer que tenemos tanto control sobre nuestra vida y que sea tan fácil conformarnos con creencias negativas y falsas.

“No puedo iniciar un negocio sin inversionistas”. “Estoy demasiado viejo como para volver a los estudios”. “Todos los buenos partidos tienen pareja”.

Esta clase de pensamientos son pensamientos automáticos que aparecen rápidamente en nuestra mente. Es virtualmente imposible detenerlos. No obstante, lo que sí podemos hacer es dejar de creer en ellos.

Los kabbalistas enseñan que podemos evitar que la negatividad tome el control mediante la restricción y la certeza.

De acuerdo con Michael Berg: “No hay ningún lugar en donde no exista la Luz del Creador; sin embargo, si una persona no tiene certeza y claridad de ello, entonces evita que ocurran los milagros”.

Se requiere de un esfuerzo coordinado para restringir los pensamientos negativos una vez que se toma una decisión y un enfoque aun mayor para mantener la certeza a lo largo del proceso, pero ambos van de la mano.

Cuando el camino se vuelve difícil tendemos a dudar de nuestras decisiones a medida que nos dirigimos hacia una meta.

Lo que inicialmente parecía una buena idea repentinamente se vuelve tonta o absurda. Michael Berg agrega: “La Luz del Creador fluye continuamente por toda la eternidad, y si nunca tuviéramos ninguna duda de ello, la Luz fluiría hacia nosotros por siempre. Pero cada vez que tenemos dudas, cerramos el flujo de la Luz del Creador”. Al restringir la duda y mantener la certeza, preservamos el flujo de Luz hacia nuestra vida. Al hacerlo, mantenemos abiertas las puertas a las posibilidades, invitamos más bendiciones y es más probable que obtengamos las cosas que deseamos.

La restricción es uno de los principios básicos de la Kabbalah. Nos mantiene conectados con la Luz y nos conduce a la transformación. Pero restringir la duda puede sentirse como si nos deshiciéramos del pensamiento racional.

Cuando vemos el mundo a través del lente científico sólo vemos lo concreto, aquello que existe en nuestra realidad física. En la escuela aprendemos a pensar de forma lógica, especialmente cuando resolvemos problemas. Nuestros tutores y maestros nos exhortaban a que confiáramos en los hechos, las estadísticas, en la evidencia o en el conocimiento previo.

Por ello, cuando enfrentamos un desafío o estamos ante un arduo camino en la vida, a algunos de nosotros se nos dificulta acoger las infinitas posibilidades.

Ahí es cuando comienza a infiltrarse la duda. Practica la restricción al redirigir esos pensamientos. Luego, infunde certeza recordando que el Creador está de tu lado y el flujo de la Luz es infinito.

Cada uno de nosotros forma parte de un panorama mucho más amplio. Para que ese futuro se manifieste, debemos estar a la altura de nuestro máximo potencial.

Karen Berg dice: “La verdad es que estamos condenados cuando no nos damos cuenta de que todo lo que ocurre en nuestra vida está ahí para llevarnos a un nivel espiritual más elevado; en otras palabras, cuando no nos damos cuenta de que hay algo más allá de ‘mí’.

Estar condenados significa que de alguna u otra forma estamos ciegos y nuestra visión limitada evita que conectemos y vivamos dentro del contexto del panorama completo”.

Sin importar qué sea lo que despierte tus emociones, es posible abrir un canal de Luz que esté libre para que fluyan las bendiciones hacia nuestra vida. Recuerda, el Creador quiere que alcancemos nuestros sueños y anhelos. Busca las puertas que se abren para ayudarte a cumplir tus sueños; siempre están a tu alrededor.

Cuando las cosas no salen como lo planeamos y comienzas a tener dudas, recuerda que siempre hay una lección que aprender. Ten certeza en el hecho de que el Creador está de tu lado.

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