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Somos diferentes, somos únicos

Estamos en una época donde la frase “todos somos iguales” está de moda, nos intentan inculcar que todos debemos y tenemos que ser igual que los que nos rodean. Aquí es donde nos estamos equivocando, NO SOMOS TODOS IGUALES, tenemos los mismos derechos y obligaciones. Cada individuo es diferente al resto. Por lo tanto SOMOS DIFERENTES SOMOS ÚNICOS.


No hay dos copos de nieve iguales, ni dos rosas, ni otras muchas cosas que hay en la naturaleza, que aunque parezcan iguales, no lo son, esa pequeña diferencia es lo que hace que sean únicas. Por el mismo motivo no hay dos seres humanos idénticos ni en su forma, ni en su fondo.


Si analizamos el nivel físico y el nivel biológico, somos únicos, por ejemplo, nadie tiene nuestra huella dactilar, más allá de la apariencia física, si dejamos a un lado el plano de la materia, nuestro interior, la forma de sentir, vivir y analizar casa situación es diferente en cada persona, no nos afectan las mismas cosas, no todos tenemos las mismas potenciales, ni nos expresamos de igual forma, etc…


Cada un@ de nosotr@s somos una chispa del Universo buscando encontrar nuestra particular forma de relacionarnos con el «mundo». El trabajo aquí consiste en hacerlo de forma individual en esta ilusión de separación con el Todo. Hasta aquí se puede entender, que haya tantas maneras de relacionarse con el mundo como personas en él… si solo hubiese una forma de hacer algo, solo habría una persona, o seríamos todos robots.


Cada persona es única e irrepetible en el Universo, lo que puede aportar y desde donde lo puede hacer solo le corresponde a ella.


Ya cuando estamos en el útero de la madre las sensaciones y los sentimientos que recibimos de ella, nos hace diferentes al resto, ni mejores ni peores, simplemente diferentes.


Pero desde pequeños recibimos condicionamientos para ser TOD@S de la misma forma y hacer las mismas cosas, por ej. Chicas color rosa, chicos color azul.


Se nos inculca la importancia del aspecto exterior, y nos enseñan a pensar en el colegio a todos igual, incluso la sociedad nos “invita” a vestir todos iguales con lo que está de modo, lo que se lleva, marginando al que consideran diferente, lo que nos hace que dejemos de lado lo que realmente somos sin llegar a conocernos profundamente debido a estos condicionamientos de como “tengo que ser”.

A eso que se forma y que me creo que soy aunque relamente NO-SOY, se le conoce como la personalidad, el EGO y también el NO-SER.


Al construir esa imagen mental condicionada de como tengo y no tengo que ser, me pierdo profundamente de mi mismo, de mi esencia genuina, única e irrepetible. Esto lleva a grandes estados de insatisfacción porque pienso, siento y actúo a nivel INCONSCIENTE sin SER quien soy realmente.


Al actuar así, se genera un gran vacío interior, sufriendo cada cierto tiempo crisis existenciales, se tienen sentimientos de desubicación en el mundo y un agotamiento energético bestial porque se gasta mucha energía manteniendo esa «personalidad» ya que es como si fuera manteniendo una pesada carga en lugar de fluir.


A veces el cuerpo susurra, habla en voz alta… grita… y pide ayuda de diferentes maneras para que seamos conscientes de que algo no está funcionando, y si según dice el ayurveda, la cábala o el Dr.Edward Bach: “Si desoigo al cuerpo aparecen problemas físicos, emocionales o mentales… ya que cuando la energía está en desequilibrio, enfermo.”

Para que la energía fluya de manera correcta, el trabajo es saber quien somos, o mejor dicho quien soy en realidad, para ver que es lo que estoy haciendo en contra de mi mismo… Si no hago este trabajo de autoconocimiento seguiré sin saber que es lo que pasa en mi vida.
Ya lo decían en la antigua Grecia: «Conócete a ti mismo»


Este es el más importante de los trabajos a hacer, conocernos sin engaños de manera profunda. Eso libera de cargas, de introyectos (tengo que…) de compararnos con los demás: Somos diferentes, somos únicos.
Cuando quitamos las capas que nos ponemos/ nos ponen encima, se liberan todas las creencias de lo que creo ser y voy viendo realmente quién soy, llega el verdadero renacer que buscamos en esta vida.

Por lo tanto, cuando vuelvas a escuchar la frase “todos somos iguales”, párate a pensar en quien eres, que es lo que quieres y cuales son tus sueños y tus metas.

Plantéate si tu vida es igual que la de los que te rodean, si sientes y quieres igual que los demás y como vives tus emociones y verás que no eres como los demás, ni mejor ni peor, simplemente único, diferente.

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