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ARIES “el signo del yo”

¿Qué significa esto?…

El Zohar nos cuenta que el carnero es el animal más negativo sobre la Tierra. Se refiere a que la función de dicho animal, es la de absorber y concentrar en sí, todo “el deseo egoísta de recibir para sí mismo” que ronda sobre el mundo, de manera que nos ayuda a alivianar la energía negativa que nos separa del compartir.

Conecta con la columna izquierda del Árbol de la vida.

Lo que nos indica que el primer mes del zodiaco según el calendario lunar, trabaja sobre el deseo egoísta de recibir.

Nissan es el primer mes del año hebreo. Siempre coincide con la primavera
en el hemisferio norte (alrededor de finales de marzo en el calendario
gregoriano). Gobernado por el planeta Marte, cuyo nombre proviene del dios
romano de la guerra, es un mes de confrontamientos, batallas y con un
potencial de antagonismo. A pesar de ello, o quizás precisamente por ello, la
Cábala nos dice que durante el mes de Nissan la fuerza de los milagros está
presente en el universo.

Aries es el primer signo del zodíaco. Es el signo del yo. En Aries empieza el desarrollo del yo y se inicia un ciclo de manifestación. Es un signo de fuego y transmite a nuestra vida planetaria las energías del Primer Rayo, el Rayo de Voluntad o Poder. Aries representa un principio que emana de un núcleo, es decir, del yo, y que empuja hacia su desarrollo.

En ese núcleo late la energía ardiente de la voluntad que, con una concentrada fuerza de empuje, puede apartar de su camino cualquier impedimento sin titubear. El signo de Aries pertenece a la cruz cardinal que, desde el punto de vista esotérico, es la cruz del Padre, de la voluntad y de la omnipotencia.

En Aries aparece la voluntad de vivir y, de esta forma, se da el primer paso hacia la encarnación. Según un antiguo enunciado, Aries «despierta la voluntad de llegar a lo más bajo para, una vez allí, controlar, conocerlo todo y enfrentar todas las experiencias».

Las fortalezas y debilidades de los nacidos bajo la influencia de Aries están
conectadas con las ideas de la semilla, niñez o inmadurez – un potencial único
para el crecimiento, junto con una tendencia a la impulsividad y la
obstinación; un espíritu pionero, desbordante entusiasmo, coraje y amor por
la libertad unida a un abandono total por las consecuencias de las acciones.
Como niños pequeños los Arianos, tienden a pensar de sí mismos como el
centro del universo, y cuando quieren algo, ellos lo quieren ya.

Aries dice “¡lo quiero ya!” y “¡a por ello!”. Es el carnero. Puro impulso, pura fuerza, pura experimentación de sí mismo en acción. Su movimiento vuelve loco a un Capricornio pero… ¿qué haríamos sin las iniciativas de este líder innato?

Esto hace que inicialmente el signo Aries no sepa qué es tener miedo. A través de experiencias irá aprendiendo que no está solo en el mundo, y que no lo puede todo

La impetuosa fuerza impulsiva de este signo de fuego hace que, muy a menudo, se encuentre con que ha rebasado el objetivo que se había establecido. Arrollar y sobrepasarse son características muy típicas de este signo. Le resulta difícil respetar los límites, tanto los propios como los ajenos (especialmente estos últimos), y esto le ocasiona dificultades en las relaciones con los demás puesto que, con frecuencia, su carácter impulsivo entra en conflicto con cualidades como la paciencia, el tacto, la forma, la moderación, el decoro, etc.

Uno de los aspectos que Aries debe cultivar es la capacidad de moderar y dosificar sus fuerzas, y ésta es una tarea en la que trabaja a lo largo de toda la vida. Por otra parte, la tarea espiritual de Aries consiste en derribar los límites endurecidos y superar los muros y las barreras levantadas por el miedo para que la vida pueda progresar y desarrollarse.

Aries es considerado “el bebé del zodiaco”, por lo que sus nativos tienden a ser niños eternos, lo que les inclina a la irresponsabilidad. Suelen ser orgullosos y no aceptan órdenes de nadie bajo ninguna circunstancia; toda petición hacia ellos debe apelar a su fuerza dadora (agua) y no ser solicitada como una orden. Les gusta dar y lo hacen de forma sincera, pero el elemento fuego los inclina a pedir de vuelta lo mismo que entregan.

No soportan la presión y control sobre ellos. Tienden a discutir y quien se atreva a discutir con ellos tiene la batalla perdida pues son tan cabeza dura y necios como el carnero que los representa. Hacen mucho sin parar, pueden pasar mucho tiempo ejecutando, pero no piensan lo que hacen, suelen actuar sin pensar. Es un signo impredecible, nunca se sabe qué pasará con ellos; los reclamos no van con ellos, ya que pasan tanto tiempo en sí mismos que se despreocupan de los demás pero no lo hacen a propósito.

Prefieren metas a corto plazo, porque al ser impacientes no soportan las cosas tardadas o que requieran mucho tiempo; esto ocasiona mucha reactividad en ellos ya que se van en contra de la ley de restricción del EGO, que nos enseña a resistir el placer a corto plazo para alcanzar logros permanentes a largo plazo.

Los planetas regentes

El regente exotérico de Aries es Marte y su regente esotérico es Mercurio. Mercurio nos permite establecer relaciones con los demás. Es el planeta del intelecto y de la mediación inteligente. La tarea de Mercurio es pensar antes de emprender la acción; no como Marte, que «primero dispara y después pregunta» y que, con sus bruscas maneras, a menudo molesta a los demás sin darse cuenta.

En una persona con el Sol en Aries predominan las cualidades combativas de Marte pero, cuando empieza el camino espiritual, poco a poco, la influencia moderadora de Mercurio se hace cada vez más fuerte, es decir, la inteligencia se hace más poderosa. De una forma mucho más clara que en cualquier otro signo, en Aries se hace evidente que todo está iniciado, causado u originado por uno mismo. Todo lo que Aries piensa se ve impulsado hacia la manifestación y la realización, y sólo Aries puede deshacer las formas mentales de miedo, depresión y desaliento que él mismo creó empleando la misma fuerza creativa que utilizó para erigirlas.

Por eso, las personas en las que predomina la energía ariana están sujetas a un constante ir y venir, oscilan entre la construcción y la destrucción de formas y muestran fluctuaciones sentimentales maníaco-depresivas que son muy difíciles de controlar. Aries también es un signo de purificación. Marte participa en esta purificación mediante el fuego, la guerra y el combate; y Mercurio mediante la percepción mental, es decir, mediante la capacidad de reconocer y diferenciar. Con la colaboración de ambos regentes, el combate se lleva al plano mental y desencadena elevados procesos de pensamiento.

La fuerza de voluntad y la capacidad de diferenciar permiten rechazar todos los pensamientos negativos y no deseados, eliminar las formas aparentes del yo y concentrarse en la realización del verdadero yo. Mercurio se convierte en el principio iluminador que libera la mente. Conduce al ser humano por la vida y lo capacita para emplear sus energías combativas en llevar adelante sus ideas creativas, unas ideas que no buscan el beneficio personal sino el bien del mayor número de personas posible.

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